Por: Miguel Ángel Hernández Briseño
Profesor de asignatura virtual de la Maestría en Educación.
Universidad Virtual del Estado de Guanajuato
El ocaso de la cotidianidad
Las advertencias estaban ahí pero no fueron consideradas seriamente. Los anuncios de que eventualmente una pandemia azotaría la faz de la tierra se tornaron realidad para horror de toda nuestra especie. Ningún gobierno, institución o empresa estaba lista para lo que se desató a finales del siglo XX en Wuhan, China, epicentro del brote del letal COVID-19. La presente emergencia sanitaria producida por la pandemia de coronavirus y por la cual atraviesa el mundo completo ha trastocado todos los ámbitos de la vida humana.
De súbito en todo el mundo se detuvo la vida, la rutina cotidiana que todos teníamos fue suspendida: el trabajo, la salud, la diversión, el turismo, la religión y demás actividades entraron en un desesperante marasmo que a la fecha en que esto se redacta aún no ha concluido. No hay espacio ni actividad humana que no se haya visto impactada de alguna manera u otra; en este contexto la Educación no ha sido la excepción. La cotidianidad de los procesos educativos al verse frenada tuvo que buscar alternativas y los ambientes virtuales de aprendizaje han tenido un inesperado protagonismo que no ha sido valorado con justicia en mi opinión.
De tanto en tanto se escucha que la educación virtual es poco seria, poco motivadora o bien de plano inútil. Los prejuicios en torno a los ambientes virtuales de aprendizaje indican que copiar es fácil, que no tienen reconocimiento o validez oficial, también se ha dicho que deshumaniza la educación. Sin embargo, los procesos de educación basados en ambientes virtuales de aprendizaje son utilizados en diferentes contextos y cada vez más, de manera creciente. La afirmación anterior no implica que la educación virtual reemplazará a la educación presencial de ningún modo, al contrario, desde mi punto de vista educación presencial y educación virtual se irán complementando cada vez de una manera más intrincada.
Sirva este breve prefacio de apariencia apocalíptica como marco, que no como tema central, para las siguientes reflexiones en torno a la emergencia de la virtualidad como herramienta emergente de la educación del siglo XXI.
Virtualidad y sus herramientas
En esta sección se analizará el concepto de virtualidad y cómo se ha utilizado como apoyo para la educación mediante variadas configuraciones y modos de usar las tecnologías de la información y la comunicación como apoyo al aprendizaje.
El diccionario Oxford define virtualidad como cualidad de virtual. Lo virtual se define en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española como lo que es aparente o irreal lo que está por hacerse. Quizá ese registro semántico sea el que hace que lo virtual sea tomado como algo negativo, irreal, ficticio. Concomitantemente se hace extensivo ese carácter a todo aquello que se adjetivado como virtual, como la realidad virtual o en este caso, la educación virtual.
Desde el punto de vista filosófico lo virtual presenta un problema ya que tiende a confundir el pensamiento planteando lo virtual como no real, pero ya desde hace mucho tiempo Tomás de Aquino estableció una clasificación que podría ayudarnos a comprender el lugar de la virtualidad en la existencia: existen objetos, existen sujetos y existen ideas. Lo virtual existe en el ámbito de las ideas, por ello es real, pero no es ni un objeto ni un sujeto. Para ser justos debería de pensarse lo virtual no como algo no-real sino algo como complemento de lo presencial como todo aquello que no es lo presencial: lo no-presencial.
Desde el punto de vista educativo la virtualidad vendría a ser todos aquellos recursos que favorecen procesos de enseñanza-aprendizaje en situaciones no-presenciales. Sangrá lo explica a partir de experiencia personal y lo define así:
Los entornos virtuales de aprendizaje son el lugar en el que se encuentran las materias de estudio, así como los materiales de aprendizaje. Los estudiantes, los profesores, etc., forman todos parte de la comunidad. Cada materia de formación debe disponer de una serie de posibilidades de trabajo: debates, foros, mensajes electrónicos, actividades, enlaces, etc. Los materiales de aprendizaje, como ya hemos observado, deberán permitir la interacción y la construcción colectiva del conocimiento (Sangrá 2001. p3).
Así pues, la virtualidad como herramienta para la educación, la capacitación y el entrenamiento puede valerse de diversas formas para la generación de un aprendizaje significativo en las personas que así lo deseen. Las herramientas virtuales se presentan en varias configuraciones y modalidades, a continuación, se mencionan sólo algunas de estas:
- Gamificación: la gamificación como uso del aprendizaje lúdico con el uso de tecnologías de la comunicación y la información se ha revelado como una herramienta que promueve la motivación y el interés entre usuarios de ambientes virtuales de aprendizaje. Resulta un reto para algunas personas el juego como medio para el aprendizaje y una oportunidad para avanzar motivados.
- Realidad Virtual y realidad aumentada: la idea de poder representar mediante imágenes tridimensionales que simulan objetos puede resultar ser útil no sólo para el entretenimiento sino para el aprendizaje. Una de las objeciones frecuentes en contra de la educación virtual durante esta pandemia de COVID-19 es el hecho de que carreras como medicina, odontología, y otras áreas no pueden ser enseñadas sólo con el apoyo de videos. El uso progresivo e intensivo de estas tecnologías podría apoyar el aprendizaje a distancia de programas de estudio que requieren la visita a laboratorios u otros enclaves para la manipulación de objetos específicos.
- Capacitación mediante dispositivos electrónicos: una variante de ambientes virtuales de aprendizaje que pueden ser utilizados también en ambientes presenciales son las capacitaciones que utilizan dispositivos tecnológicos con los materiales del curso y las evaluaciones precargadas. Durante el Censo General de Población y Vivienda del 2020 la capacitación de los entrevistadores y demás figuras operativas se realizó mediante smartphones con el curso precargado y el software a utilizar para aplicar las entrevistas del censo. Con un mismo dispositivo equipado con herramientas virtuales un individuo se podía capacitar y posteriormente laborar.
- Modelaje y simulación: el modelaje y la simulación por computadora son un paso más en la trayectoria evolutiva de las herramientas utilizadas para representar la realidad según Javier Aracil (1995). Los modelos y simulaciones representan herramientas que cada vez más son usadas para la investigación y la educación. El Modelado Basado en Agentes (ABM por sus siglas en inglés) representa una herramienta muy útil para representar sistemas complejos de diversas características y comportamientos. El uso de programas como Netlogo hace que mediante una PC se pueda construir un laboratorio virtual, una herramienta que ha sido poco explorada en esta pandemia pero que puede comenzar a utilizarse para la educación en ambientes virtuales de aprendizaje.
Sin lugar a dudas las herramientas descritas, así como muchas otras hacen que la virtualidad como herramienta para la enseñanza en ambientes virtuales y presenciales de aprendizaje se convierta de manera creciente en una herramienta para la educación del siglo XXI. Lo que debe quedar claro es que en este nuevo espacio de prácticas educativas inaugurado por la pandemia la educación virtual se quedará como un complemento para la educación presencial y a distancia de manera creciente. Hay que pensar cómo será el mundo post pandemia y cómo se desarrollará éste. ¿Cómo será la educación del futuro próximo y lejano? Como es de suponerse el primer aspecto que se verificará será precisamente el regreso a los espacios presenciales (en países como México, aunque sabemos que en otros países los profesores y estudiantes ya han regresado a las aulas como en España o en algunos casos no tienen clase de ninguna manera como en varias partes de Latinoamérica según CEPAL).
¿Qué pasará con la educación virtual? ¿Qué pasará con los cientos de horas que los docentes de todos los niveles han invertido en generar planes, contenidos e instrumentos de evaluación para ambientes virtuales de aprendizaje con o sin experiencia previa? ¿Olvidarán esta experiencia? ¿Y qué pasará con el alumnado cuando regrese al aula? Lo que el lector debe tener claro es que eventualmente el mundo de la educación debería aceptar que la educación virtual es una opción viable para educar, capacitar e instruir a diversos tipos de alumnos, aprendices y capacitándose, así como también puede ser una herramienta que complemente los ambientes presenciales de aprendizaje sin que necesariamente la educación virtual sea el reemplazo de la educación presencial.
Como anécdota puedo señalar que durante mucho tiempo en algunos centros laborales que he tenido la suerte de conocer el mencionar el uso de tecnologías de la información y la comunicación (Tics) como vehículo para la enseñanza era tomado como una posibilidad poco atractiva -y quizás hasta ridícula- y por lo tanto no se hizo mucho por adoptar tecnologías educativas como apoyo a la enseñanza. Sin embargo, a partir de la irrupción de la pandemia el uso de tecnologías educativas y de herramientas virtuales se ha vuelto necesario en dichos centros educativos. Así como este caso es seguro que el lector ha tenido experiencias similares en las que se ha preguntado por qué las instituciones educativas y los docentes no estaban preparados para el uso intensivo de Tics como ambientes de aprendizaje.
Nuevamente se invita al lector a que piense en un futuro hipotético en el que en el mundo postpandemia se deberá encontrar modos de generar educación cada vez más flexible al grado de que, en caso de una nueva pandemia o cualquier otra contingencia global, la educación virtual se convierta en un apoyo a la educación nuevamente sin que su adopción sea obligatoria y a marchas forzadas: con escasa o nula preparación lo que genere frustración y malestar a los usuarios como ahora sino que sea más bien la actitud natural de reaccionar frente a situaciones imprevistas.
Copyleft como condición de la virtualidad
Para que la virtualidad y sus múltiples herramientas puedan ser utilizadas de manera positiva en la educación debe tomarse en cuenta una condición que apoya la innovación y la creatividad. La condición descrita anteriormente es conocida como copyleft, práctica que por su ubicuidad es susceptible de ser definida desde un nivel local o global. La intención es desarrollar una reflexión breve sobre dicha práctica y su impacto en la virtualidad como herramienta de la educación.
En este apartado se expondrá que el copyleft debería ser un mecanismo de apoyo a la reactivación económica postpandemia ya que la socialización del conocimiento apoya esta tendencia. Este fragmento tiene la intención de llamar la atención sobre la práctica del copyleft y cómo ésta intenta hacer frente a un problema que amenaza con cernirse sobre nuestra población educativa: la censura sobre la posibilidad de acceso al conocimiento. Una acción para adaptarse frente al poder creciente de tales prácticas es el copyleft. Vamos a describir esta práctica mediante dos preguntas que son las siguientes: ¿Qué es copyleft?, y ¿cuál es el contexto en el cual surge y se desempeña?
Para empezar ¿qué es copyleft? Desde la perspectiva de Richard Stallman, uno de los fundadores de la asociación “Software Libre” el copyleft es multimodal y podría tener distintos criterios para diversos niveles de acceso al copiado, dependiendo de la información que se intente copiar. Según este científico de la computación tenemos como punto de partida que los derechos de autor y el copyright representan la prohibición de copiar o publicar información. Esta prohibición no ha sido una norma expresa en la conducta de todas las culturas. Según Stallman, en la cultura antigua y en la medieval, la copia de un libro era libre para quién deseara y pudiera hacerla: “En el mundo antiguo, los libros se escribían a mano (con una pluma o cualquier otro instrumento) y cualquiera que supiera cómo leer y escribir podía copiar un libro casi tan eficientemente como los demás” (Stallman: 2001).
El caso de la difusión del conocimiento al que hace referencia Stallman parece más referirse al islam medieval, mucho más evolucionado en ese sentido que la cultura europea medieval. No obstante, con la invención y desarrollo de la imprenta se modificó la técnica del copiado: era más fácil y rápido hacerlo con lo que aumentó la cantidad de copias y su transmisión. En el siglo XIX había surgido la prensa y la opinión pública. La transmisión masiva y la clase de información que podía contener cualquier mensaje hacían que fuese necesaria una regulación o control por parte de los estados. Surgió así el copyright. En sus orígenes se trataba de prohibiciones para editores y autores, señala Stallman, no para los lectores. Hacia la segunda mitad del siglo pasado, la dinámica de la reproducción de información comenzó a transformarse. El copyright dejó atrás el modelo de la modernidad para evolucionar a un nivel de complejidad mayor. El caso es que desde los años
noventa del siglo XX copiar información se ha vuelto un delito. En el momento actual se vive la paradoja de la facilidad para la transmisión de saberes, conocimientos y datos y al mismo tiempo la negativa a su libre flujo. De lo que se trata es de tomar y ejercer ese derecho sostiene Stallman. Ante tal estado de cosas surgió:
“[...] la fórmula conocida como copyleft: [en la que] se autoriza la libre reproducción del libro por todos los medios excepto para usos comerciales. [...] Una punta de lanza importantísima en el conflicto político por la libre reproducción de los productos de la inteligencia colectiva contra todas las modalidades de propiedad intelectual que privatizan los cerebros y criminalizan la compartición de saberes” (Fernández-Savater: 2006).
Ahora veamos la siguiente pregunta: ¿cuál es el contexto (geográfico, demográfico, económico y académico) en el cual surge y se desempeña el fenómeno? El contexto en el cual surgió la noción de copyleft fue europeo y estadounidense. Tal situación parecería indicar que a pesar de haber crecido en los países de la UE y los Estados Unidos, ha evolucionado y ahora directamente afecta varios países como Brasil, Nigeria o México. Aquí vemos un contexto geográfico pero un contexto de tal clase no es decisivo para definir una práctica educativa. Cuando reflexionamos sobre la manera en que se propaga esta práctica es fácil advertir que la difusión de las ideas del copiado libre se lleva a cabo sólo mediante el uso del Internet. El hecho descrito sugiere que el copyleft sólo beneficiaría a un perfil demográfico, aquel cuyo estrato económico y académico está relacionado con la posibilidad de los usuarios de acceder a tecnologías informáticas de países de primer mundo lo cual restringiría la práctica del copyleft.
Conviene en este momento detenernos en la siguiente cuestión: ¿existe un impacto efectivo en la educación por parte de la noción de copyleft? o bien, ¿en qué marco de pertinencia es transformadora esa noción?, Una cosa es aceptar que ese fenómeno tenga una intervención –aunque sea marginal- y otra que sea una práctica común en varios países y niveles socioeconómicos. Parece que la propuesta del copyleft es una utopía.
No obstante, hay que considerar nuestra situación: la posibilidad del copyleft en el contexto mexicano. Si consideramos la dinámica de los productos piratas en nuestro país, cabe suponer que una iniciativa como la del copyleft en México no sería necesaria, ¿para qué reivindicar la libertad de sharear (compartir) información cuando de facto un gran segmento de la sociedad mexicana copia y consume propiedad intelectual pirateada (copiada ilegalmente)? A esto se le harán dos aclaraciones:
- La primera de ellas consiste en considerar que la actividad de copiado en volúmenes industriales con fines de lucro no es susceptible de ser definida como copyleft. El crimen organizado sea de cuello blanco u opere en la clandestinidad no puede confundirse con una iniciativa netamente emanada de la sociedad civil global. Desde esta perspectiva hay que sostener que copiar información y distribuirla gratuitamente para la investigación, la educación y el desarrollo humano, es la iniciativa central del copyleft. El objetivo de esta noción es permitir la difusión del conocimiento y la poética social, eludiendo la propiedad privada que ejerce el productor, el autor, el editor, etc. Esto no quiere decir que la piratería tenga un sustento ideológico, y que los piratas sean como una especie de “Robin Hood” que le quita a las poderosas disqueras para darle entertainment barato al pueblo.
- La segunda de esas aclaraciones es que el uso perverso de las capacidades de transmisión de datos de no anula la posibilidad y la necesidad de difundir el copyleft en nuestro país. Considerando que la tecnología electrodoméstica y de consumo de producciones informáticas clave de las tecnologías educativas para la virtualidad es generalmente importación de otros países, lo más seguro es que su lógica ya esté en nuestro país. De aquí se desprende que las implicaciones políticas de la práctica del copyleft tienen una importancia mayúscula contrastante respecto al desconocimiento del problema por parte de grandes segmentos de la población. Habría que tener una legislación performativa, flexible, y lo mismo tiempo rigurosa para lograr compartir información sin que ello sea un crimen.
- La promoción de alternativas culturales como el copyleft, y muchas otras, deberían ser piezas necesarias de la pragmática de la educación. Insisto en que su radio de operación es limitado y marginal; pero es revelador de la emergencia de propuestas para nuevas capturas de espacios educativos. La manipulación de lenguajes, símbolos, índices, palabras, la producción semiótica constituyen un emplazamiento nuevo. Corresponde a quienes nos encargamos de la palabra y la educación incidir en esa nueva economía. Sobre todo, es necesario considerar hay que acompasar la práctica del copyleft con las sociedades desarrolladas para evitar la situación no ventajosa para nuestro país y nuestra sociedad que constituye convertirnos sólo en consumidores en el mercado semiótico global. Y tal participación ocurrirá de la peor forma en esta forma de economía semiótica, por la fuerza y sin elección.
El ejemplo de la vacunación con el COID-19 es el mejor ejemplo de la dependencia a tecnologías extranjeras. Una manera de evitar este fenómeno lo constituye el uso de técnica de Modelado Basado en Agentes (ABM por sus siglas en inglés) como ejemplo de transferencia tecnológica basada en tecnologías de copyleft y código abierto que permiten su uso, conocimiento, manipulación y transformación.
Otro ejemplo es crear espacios de socialización del conocimiento y para ejemplo existe la revista Interacción Digital de la UVEG que comenzó como una iniciativa de copyleft.
Lecciones de la pandemia para la educación
Tras un año completo de vivir la pandemia de COVID-19 que comenzó en diciembre 2019, las lecciones que se han podido aprender deberán guiar la educación del futuro y en esas lecciones sobresale el uso de la virtualidad como herramienta para la educación del siglo Estas son algunas de esas lecciones:
- Al igual que con las vacunas y en general con la salud, queda en evidencia que la privatización de ciertos sectores resulta una iniciativa peligrosa debido a las consecuencias sistémicas que pueden presentarse en la civilización humana. Dicho en otros términos hay que considerar que al haber diferencias y disparidad en el acceso a la salud debido a cuestiones económicas el hecho de que sólo algunos usuarios puedan ser acceder a servicios de salud y muchos otros no, se convierte en una bomba de tiempo. El caso para ejemplificar esta lección es precisamente la cuestión de la vacunación ya que nos recuerda que pese a que la vacuna y su distribución se logran mediante capitales privados y estatales su distribución debe darse de manera gratuita y universal ya que de nada sirve la vacunación parcial que sólo dispara la diferencias económicas y sociales. Tomando como base esta clase de problemas tenemos que la educación no puede ser un bien privado, sino que debe ser un derecho humano y público.
- La magnitud de los eventos que presenciamos resultan ser planetarios (Morin) debido a que han afectado a la totalidad la humanidad; de la misma manera los planes de vacunación y la magnitud de la escala de producción de las vacunas resultan poseer una magnitud de escala planetaria. La educación deberá enfrentar ese reto consistente en ofrecer educación con un enfoque y calidad planetaria; que comprenda que el pensamiento complejo (Morin) es la respuesta a esta clase de situaciones ya que con su enfoque pluralista y generativo el tratamiento de los problemas emergentes demanda soluciones igualmente emergentes como la educación apoyada en la virtualidad.
- Las herramientas virtuales hacen que la educación no sólo sea la importación de la cátedra a los medios de comunicación masiva sino la generación de verdaderos ambientes virtuales de aprendizaje en el que el proceso educativo se base efectivamente en el vídeo, pero también el correo electrónico, la red social, la plataforma electrónica, el ambiente virtual modelable, el podcast, la realidad virtual y la realidad aumentada y todas las demás herramientas virtuales en las que se puedan apoyar la educación lo que garantiza su pluralismo epistemológico y el hecho de basarnos en conocimiento compartido mediante el copyleft y las tecnologías de código abierto también garantiza que su enfoque es generativo ya que nos ayuda a comprender cómo es que se construye esa tecnología.
Sin lugar a dudas tenemos grandes lecciones que deben ser aplicadas en la educación contemporánea y futura de cara a la complejidad que el aprendizaje debe enfrentar en este siglo XXI que aún se está construyendo.
Referencias
- Aracil, (1995) Notas sobre el significado de los modelos. En Broncano, F. (1995) Nuevas meditaciones sobre la técnica. Trotta: Madrid (pp. 53-79).
- Érdi, (2008). Complexity explained. Springer-Verlag: Berlin-Heidelberg
- Fernández-Savater, (2001); “Wu Ming, las historias como hachas de guerra”. Recuperado de:
- wumingfoundation.org. Fecha de consulta: 09.06.2006. Morin, E. (2000) La mente bien ordenada. Seix Barral: Madrid
- Sangrá (2001) Educar y aprender en la En: Educar, número 28, págs. 117-131. Recuperado de: https://educar.uab.cat/article/view/v28-sangra, fecha de consulta: 01.01.2021
- Stallman R. (2001) El Paradigma de la Propiedad Intelectual (I); Free Software Foundation, Inc.; USA. Wilensky, (1999-2011) NETLOGO, NorthWestern University, Illinois, USA. Puede ser utilizado en Mac, PC o Linux. http://ccl.northwestern.edu/netlogo/
Sobre el autor
Miguel Ángel Hernández Briseño
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Doctor en Filosofía por el departamento de Filosofía de la Universidad de Guanajuato y Asesor virtual certificado por la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato.
Actualmente participa en la maestría de Educación con enfoque en Enseñanza en Línea de la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato. También ha impartido clases relacionadas con historia de la filosofía, filosofía de la ciencia, tecnología, pensamiento complejo, humanidades y ciencias sociales.
Descarga el artículo aquí